IV COLOQUIO DE CRONISTAS E INVESTIGADORES DE LA HISTORIA DE LA REGIÓN VALLES
La migración en Ahualulco de Mercado
Por: Gerardo Ayala Nuño e Hilario López Castañeda
Todo cambio o movimiento en cualquier rincón de nuestro planeta o en el lugar que Dios nos asignó para servirle y gozar de las maravillas de naturaleza, y por ende las personas tienen que buscar el bienestar y el futuro de ellas y su propia familia. De ahí que se trasladen a otro lugar para satisfacer sus necesidades; va en busca de mejores y mayores perspectivas de vida, y a esto le quiero llamar migración, que consiste en dejar temporal o definitivamente un lugar para establecerse en otro. Es el tema que hoy quiero tratar con todos ustedes y que gracias a una investigación en la cual tuve contacto con algunas personas de varias delegaciones de este municipio de Ahualulco de Mercado, me di cuenta de que gracias a la mayoría de las familias que llegaron a este municipio, se provocó un cambio social y cultural. Gracias a este hecho se marcó la vida cotidiana y el rumbo que actualmente tiene el municipio. Las haciendas, el ferrocarril y la explotación de las minas de El Amparo y Piedras Bolas, albergaron cientos de trabajadores que migraron y fueron parte fundamental del desarrollo que tuvo este lugar. Es por ello que no quiero dejar pasar desapercibido la importancia que tuvieron estos tres aspectos.
Es por ello que consideramos que la migración es un fenómeno social que influye notablemente en el desarrollo de cualquier entidad. Y esto sucedió con la llegada de trabajadores a la Hacienda de Santa Cruz a partir de los años de 1870, cuando Don Mariano Bárcenas adquirió la propiedad. Hoy es una delegación que pertenece al municipio de Ahualulco de Mercado y que en su origen fue el caserío de la Hacienda del mismo nombre, está situada a unos cinco kilómetros al poniente de dicho municipio. Esta hacienda contaba con una extensión territorial aproximada es de 5800 hectáreas de tierra cultivable, para lo cual se abastecían con 900 trabajadores, de los cuales el 80 % de estos era mano de obra que llegaba de otros municipios del estado o estados colindantes a Jalisco, como fue de Zacatecas, Nayarit, Sinaloa, Aguascalientes, Michoacán y Colima. Los que llegaban del estado para trabajar la tierra, eran de algunos municipios Villa Corona, Cocula, Talpa de Allende, Zacoalco de Torres, Ciudad Guzmán y en especial, de Tamazula. Según datos de don Adalberto Jiménez, persona oriunda de dicha comunidad, tiene 4,800 habitantes aproximadamente, y la mayoría de ellos son descendientes de los migrantes que llegaron a trabajar en la hacienda de este lugar. Este flujo de personas originó cambios muy importantes tanto en Santa Cruz como en el Municipio Ahualulco de Mercado.Dichos cambios hoy se reflejan en todos los aspectos sean políticos, culturales, sociales y económicos; además, la diversidad de pensamientos, de costumbres y cultura de las personas que llegaron de distintos lugares, dieron origen a las tradiciones e identidad de este municipio. Es así que desde el año de 1870 en Ahualulco, como en otros municipios de nuestro estado, inicia un cambio lento pero importante, debido a los inmigrantes que por diferentes causas llegaron a establecerse en esta región del occidente.
En esa época, la hacienda de Santa Cruz, controlaba un territorio muy extenso que abarcaba cerca de 5,800 hectáreas como ya se dijo; y que por aras del destino paso a manos de Mariano Bárcenas, en honor a este personaje, dicha delegación adoptó su apellido en el nombre. Este personaje era originario de Ameca, adquirió esta finca, pero no se han encontrado documentos que lo avalaran como dueño, ya que siempre estuvo hipotecada, esto según las palabras de don Adalberto.
Don Mariano Bárcenas fue muy amigo de don Porfirio Diaz y gracias a su amistad, pero también a su dedicación y experiencia en la agricultura se hizo merecedor de varios galardones a nivel nacional e internacional. Fue tanto su deseo de progreso que en uno de tantos viajes que hizo al extranjero, trajo consigo equipo y maquinaria para el pequeño trapiche en la hacienda; era maquinaria europea que aún existe en la hacienda de para el proceso de la caña de azúcar y sus derivados como el alcohol, el piloncillo, el ron y el aguardiente. Estas bebidas tradicionales dejaban ganancias muy considerables; además que el gabazo de la caña, era utilizado como alimento para el ganado y composta para fertilizar la tierra. Lo que se producía se consumía en la misma hacienda, en la región y más allá.
Don Mariano realizó muchos viajes a otros países, muchas veces en carácter de funcionario de gobierno o de interés académico, pero los aprovechó para conocer el tipo de agricultura que existía en aquellos países, así fue como trajo consigo infinidad de semillas y algunas frutas. Gracias al clima de esta región se desarrolló esta región el cultivo de sorgo y algunas variedades de maíz y frijol; además de algunos cítricos como el limón, la naranja agria, algunas ciruelas y el zapote negro y blanco, el cual se utilizaba como producto medicinal.
El dueño de esta hacienda mandó construir chozas en un lugar llamado El Llano, a los trabajadores, para que ahí vivieran con sus familias. En ese mismo lugar los distribuyó en secciones de acuerdo a lo que cada uno sabía hacer o por área de trabajo en que se desempeñaban en hacienda. Comúnmente se dice que era muy buen patrón, ya que algunos trabajadores le pedían prestada o rentada la tierra y él les condonaba el pago según fuese: a la quinta o a medias, como ellos decían; otros simplemente se dedicaban a trabajar con él, recibiendo un sueldo mínimo, lo recibían por medio de una moneda de plata u otro material valioso. Tal moneda era representativa de la misma hacienda y tenía validez por un jornal o dos, y se condicionaba a que se cambiara en la misma hacienda por ropa o comida. Aunque algunos se las ingeniaban y cambiaban la moneda con algunas personas de Ahualulco, y a un poco más de valor. Así comenzó a fluir y circular el dinero en este municipio.
Por otro lado, las minas de El Amparo y Piedras Bola estaban en su apogeo, y atraían bastantes trabajadores de Ahualulco y de otras delegaciones del municipio de Etzatlán. Otros ya radicaban aquí y que habían llegado para trabajar en el campo, pero decidieron cambiar de trabajo con la ambición de mejorar su calidad de vida; de esta forma pasaron a ser contratados en la explotación de las minas. Las minas en aquella época estaban a la par en la producción con las minas del estado de Zacatecas, pero mucha gente llego a las minas de aquí desde Aguascalientes, Nayarit y algunas de Sinaloa.
Este movimiento de personas trajo consigo consecuencias positivas y negativas, negativas para aquellas personas que llegaron con la idea de hacer dinero y regresarse a su comunidad de origen, y que al no lograr estos resultados se vieron obligados a quedarse; positiva, porque gracias al esfuerzo y trabajo de todos estos migrantes, se dejó un legado de sabiduría y que hoy seguimos gozando.
Por otra parte, otros simplemente se dedicaban a trabajar y recibían un salario mínimo. Un dato importante y que sirvió para el desarrollo de este municipio, fue que después de varios años las personas que ahí trabajaban, guardaron y/o ahorraron monedas de plata y oro; al cabo de un tiempo, lograban pequeñas cantidades y se iban de la hacienda, comenzaron a comprar pequeñas porciones de tierra y como consecuencia, empezaron a echar raíces. Así estos migrantes pasaron de ser empleados a empleadores, y comenzaron a progresar económicamente.
Don Mariano Bárcenas fue quién propició que muchas personas de otros lugares migraran a este municipio, y con ello también provocó el crecimiento social y económico de Ahualulco. Él tuvo que ausentarse del lugar en 1889 para ocupar el puesto de gobernador del estado y los bandidos, que proliferaban en ese tiempo, saquearon la hacienda, llevándola a la decadencia y su deterioro. Los hombres de confianza de don Mariano no tuvieron la capacidad de sacar adelante tan importante hacienda y la llevaron a la decadencia y deterioro. Finalizaron así los años de gloria del lugar, y que gracias a su trabajo y esfuerzo se había logrado por tantos años.
En 1892, la hacienda paso a manos de un importante capitán retirado llamado Thomas Robinson y de su esposa. El suegro de este capitán, para que su hija no se fuera a Tamaulipas de dónde era originaria, compró la hacienda a la persona a quién Mariano Bárcenas encargó de venderla o traspasarla; este encargado pedía por la unidad productiva 350,000 pesos, pero como no existía documento alguno que comprobara quien era el dueño, dio el pretexto de que estaba hipotecada, por lo que solo le dieron 50,000 pesos, y quedó en el acuerdo que recibiría el resto al entregar las escrituras, lo cual nunca se llevó a cabo. Ya en manos de los nuevos dueños se percataron de lo enorme e importante que era la hacienda y lo insuficiente que resultaba la mano de obra para mantenerla produciendo. Estudiaron e investigaron las actividades productivas y viendo su potencial, optaron por contratar el doble de trabajadores que ya se tenían; llego entonces a dar trabajo a más de 1800 personas.
En el año de 1909, la llegada del ferrocarril beneficio a varios municipios por los que pasaba. Eran dos ramales importantes, el de Guadalajara- Ameca y el de Guadalajara- San Marcos. Con este hecho inicia una nueva etapa histórica en la región, gracias al comercio entre los municipios donde pasaba el ferrocarril, y más allá. Las personas utilizaban este medio para trasladarse hacia otros lugares y así poder vender sus productos fabricados por ellos mismos como fue ropa, artesanías, granos, y en su mayoría comida tradicional.
En esta hacienda adquiere gran importancia en el comercio, ya que comienza la exportación e importación de enseres de diferente tipo; con esta actividad económica, los habitantes de este municipio se beneficiaron ya que fluía el dinero en toda la región. Además, el pequeño ingenio o trapiche, que poseía esta hacienda producía cada vez mayores productos y comenzó a exportar grandes cantidades de azúcar y sus derivados; pero también maíz, frijol, trigo cebada, sorgo etc. Con todo ello, y como resultado más y mejores sueldos a los trabajadores de esta hacienda; además ya no los condicionaba a comprar en su misma tienda, se les dio libertad de hacer con su dinero lo que ellos quisieran, ayudándoles con esto a una mejor calidad de vida para cada uno de ellos. Por otro lado, con este auge económico para muchos se les facilitó adquirir sus propias tierras; la haciende se las vendió a un precio considerable para su propio beneficio y progreso.
Es así como esta hacienda y sus nuevos propietarios, con la llegada del ferrocarril y la explotación de las minas del Amparo y Piedras Bola, a partir de los años 1892, fomentaron que el municipio de Ahualulco tuviera un desarrollo importante en el aspecto económico, cultural y social, y todo ello gracias también al gran trabajo que desempeñaban los trabajadores migrantes en las actividades productivas del lugar.
Algunas personas que vinieron contratados para trabajar en las minas o en las haciendas se establecieron unas en Tiro Patria, otras en El Teuchiteco; la mayoría eran de Zacatecas y Nayarit, como ya se hizo mención, pero creo que es importante resaltarlo
porque en estas dos delegaciones del municipio de Ahualulco, el 80 familias son descendientes de los migrantes que llegaron para quedarse.
Después de los años treinta, 1938 específicamente en adelante, llegaron a Ahualulco varias familias que también se destacaron por su entrega al trabajo del campo; otros llegaron del estado de Nayarit para trabajar en la estación del ferrocarril, que son la familia Sedano que se encargó de reparar las vías y para ello, contrataron decenas de trabajadores. Esta obra duró muchos años, y fueron años de inagotable trabajo para mucha gente; al terminar la obra, esta familia y muchos de sus trabajadores jamás se regresaron al lugar de origen. Posteriormente y cuando el trabajo bajo, la mayoría de los descendientes de la familia Sedano se establecieron en el lugar, y casi todos fueron militares, en la actualidad están ya retirados.
Otra familia que lleva por apellido Palomera, también del estado de Nayarit, fue la encargada de la administración de la estación y de igual manera ellos se encargaban de contratar al personal adecuado para administrar y organizar el funcionamiento de la misma. También fue parte fundamental para que el ferrocarril fuera el medio de comunicación y de transporte más seguro y económico para transportar sus cosechas. De esta forma, el ferrocarril fue una de las partes más importantes para el desarrollo y crecimiento económico de este municipio; antes de su llegada a este lugar, no se contaba con suficientes góndolas o furgones, por esa razón los campesinos o hacendados no tenían la oportunidad de vender sus productos en otro lugar fuera de aquí, ya que los transportaban en carretas o pequeños vehículos con el riesgo de que fueran robados en el transcurso del camino. Pero gracias a la intervención y gestión de esta persona que se apellidaba Palomera, el ferrocarril en su tramo La Vega-Ahualulco contó con más furgones ya que no eran suficientes.
Otras familias que también aquí se quedaron y son muy conocidas en la actualidad, son la familia Guizar Macias, donde dos de ellos se han destacado en la política; uno de ellos fue presidente municipal en una ocasión, además de ocupar varios puestos políticos a nivel federal y estatal; el segundo de ellos, fue presidente municipal en dos ocasiones. Ambos son hijos de don Mauricio Guizar, quien llegó a Ahualulco siendo muy pequeño con su padre que venía contratado especialmente para el trabajo del campo; en su pueblo natal eran reconocidos como una familia de las más destacadas en el conocimiento de la agricultura. Es de esta forma como esta familia llegó para quedarse. Otra familia distinguida por su desempeño en el campo y en la agricultura y que llego para quedarse, fue la familia López; el padre era don Hilario López, fue oriundo del municipio de Tequila y gran conocedor de la plantación de la caña de azúcar y por lo cual, fue contratado por un hacendado de este lugar llamado Teodoro Ibarra. Uno de sus hijos, Alberto López, dejo gran descendencia en este lugar; tuvo una familia muy numerosa y hoy, la mayoría de ellos son profesionistas o se han destacado en el ambiente político. Los abuelos y bisabuelos de los López, también llegaron con la ilusión de progresar y lograron su objetivo, como la mayoría de las familias que llegaron como jornaleros y que gracias a la entereza que los caracterizaban, hoy forman parte de la sociedad de este municipio. Han dejando una importante historia de su vida como antecedente para ejemplo de varias generaciones de este y muchos municipios.
Como estas familias, existen muchas en Ahualulco como son la familia Quintero, un doctor muy conocido y de gran prestigio por su profesionalismo; otra familia que también llegó para quedarse, fue la de apellido Siordia dos grandes cirujanos que quedaron en la mente de muchos ahualulquenses; otra persona fue don Ricardo Salazar, jefe del timbre como lo denominaban pero su trabajo estaba relacionado con el gobierno federal y estatal, ya que era el jefe de la hacienda pública, encargado de la organización de los giros de comercio. Estoy seguro que en otros municipios existieron también una serie de personajes que le dieron un rumbo muy significativo al lugar donde llegaron como migrantes y que hoy son parte fundamental en el desarrollo cultural, social y económico de cualquier municipio. Creo de manera muy personal que varios de los que aquí nos encontramos están de acuerdo conmigo y sabemos que la migración forma parte del desarrollo de cualquier entidad en todos sus aspectos y que si no existiera no estaríamos aqui.
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